¿Por qué hacemos magia?

Alguna vez se han preguntado seriamente, ¿por qué hacemos magia? Si nunca te lo has preguntado de modo serio, te invito a que te tomes tu tiempo y te formules esta pregunta, buscando obtener una respuesta que te convenza.

            El argumento de esté escrito viene inspirado de una conversación que tuve hace relativamente un tiempo corto con un lector, quien tras haber conocido a varias figuras de cierto renombre en un evento esotérico, me expresó su desencanto con las mismas, debido a sus comportamiento errático, no entraré en detalles en el tema, pero digamos que no es lo que la gente espera ver en ciertas personas de renombre. Todo esto derivo en algo mucho más profundo, incluyendo algunos temores de terminar de ese o peor modo por practicar magia considerada negra o siniestra. Éste es un miedo más que legitimo, sobre todo si vemos que los considerados “maestros” se encuentran en estados tan deplorables, automáticamente lo que nos viene a la mente es, si estás son las personas que dominan la magia y así están no quiero ir por esa vía.

            Aquí hay varias cosas que debemos ver con claridad, la primera, somos magos pero no dejamos de ser seres humanos, la perfección es una aspiración pero no es un hecho, somos potenciales dioses de nuestras vidas, pero aún nos queda mucho camino por recorrer, como humanos tenemos defectos, imperfecciones, errores. Si coincido que la vida de una persona, de un modo u otro, debe de reflejar su accionar mágico, no podemos clamar ser los grandes magos siniestros si luego no somos capaces de dominar nuestros instintos más simples, y esto no quiere decir no dejarse llevar o no beber alcohol con moderación. En muchos casos puede existir alguna suerte de explicación esotérica de porque las personas terminan en un estado que puede ser considerado deplorable, en otros, la persona siempre estuvo en un mal estado y la magia empeoró su situación. En cualquier caso, la auto responsabilidad es esencial, si nos vendemos por algo que no somos, está en el otro querer comprar una imagen irreal.

            Pero volvamos a nuestro punto de inicio, ¿por qué hacemos magia? La verdad es que no hay una única o verdadera respuesta, esto es algo muy personal. Pero les puedo contar porque yo hago magia. Comencé con todo esto a una temprana edad, solo tenía 11 años cuando comencé a leer y experimentar por mi cuenta, luego conocí escuelas espiritistas, conocí la parapsicología y los culto Afro. Estos fueron mis primeros pasos, a los 16 años conocí y mi inicie en el Satanismo, luego pasé por el Sendero Draconiano, tradición que practique tanto dentro de algunos grupos como con personas que he considerado en su momento como maestros y amigos, pase por periodos en solitario, y luego evolucione a otras cosas que son personales y que no vienen al caso ya que no estoy interesado en hacer público algunas cuestiones. Pero entre una cosa y la otra llevó casi 30 años en la magia, toda una vida. Y como nos sucede con una pareja, esta es una elección de todos los días, cada día que me levanto elijo seguir, podría bien decir hasta acá llegué, y sin embargo no lo hago y creo que nunca lo haré. Incluso en los momentos más oscuros de mi vida, seguí eligiendo hacer magia. Mi máxima es: “Vida en la Magia, Magia en la Vida” esté sería mi lema. Pero tengo que reconocer que esto no es para todo el mundo, de hecho es para algunos pocos, y está bien, no todo el mundo tiene la misma pasión y el deseo por la magia.

            El siguiente elemento a aclara es la peligrosidad que tiene la magia negra en la vida de las personas. Pues claro que lo es, y quien diga lo contrario simplemente es un ignorante. La magia siniestra es la que busca romper con el orden natural de las cosas, despertando la conciencia y la divinidad en el hombre, buscando trascender el olvido y la muerte, buscando la inmortalidad de la psique y la independencia del ser, es aquella forma de magia que nos confronta con nuestra sombra personal, y hace que veamos cara a cara a nuestros peores demonios, para luego absorber todo eso y usarlo como herramientas que nos permiten cambiar nuestra realidad tanto a nivel interno como a nivel externo. Claro que es peligroso, porque uno abre puertas de nuestra psique que están cerradas, y que para la mayor parte de las personas de este planeta están cerradas, entonces, ¿cómo no va a ser peligroso? Pero yo extendería la premisa del peligro más allá del Sendero Siniestro, la magia en general, el esoterismo en todas sus variantes es peligroso, sobre todo en mentes débiles, es sorprendente ver a personas que se consideran como “trabajadores de luz” hacer supuestas canalizaciones con mensajes no solo absurdos completamente, sino peligroso por su contenido, que alientan a abandonar la ciencia médica, en nombre de supuestos complots de ordenes secretas que mueven los hilos del mundo, personas que imaginan estar despiertas, ser una suerte de mesías que deben de ayudar a la humanidad a evolucionar, y todo aquel que no piense como ellos o bien son gente sin despertar o personas del mal. El discurso de estas personas es bien antiguo, lo han usado las religiones imperativas para hacer que las personas sientan miedo y de éste modo obedezcan. La técnica es la misma, cambian a Jesús, Ala, o quien sea por un supuesto espíritu universal o un extraterrestre de una galaxia lejana. Acá vale la pena sumar otro punto, cada quien puede creer en lo que quiere y canalizar a quien le dé la gana, independientemente de lo genuino de la experiencia, lo que no es sano es manipular a las personas, o mismo creer en el rol mesiánico, o dejar de ir al médico, o vacunarse. Entonces, el peligro de esto corre para todas partes, no importa si uno están en un sendero, en el otro o simplemente cree que le habla ET.

            Cuando combinamos la magia con un sistema filosófico como lo es el Sendero de la Mano Izquierda, está forma de magia se vuelve un camino iniciático, porque tiene una finalidad mayor que el simple hecho de producir cambios por medios no ordinarios. Hay una búsqueda usualmente espiritual, la persona trata de tener una conciencia más amplia, busca su propia divinidad interior, la inmortalidad de la conciencia pos mortem, y durante su pasaje en esta existencia, desarrollar todo su potencial. Tampoco esto es para todos, hay personas que simplemente sienten un interés muy genuino en las artes mágicas, pero no quieren hacen un camino iniciático, y parece que esto es algo que a muchos se les ha olvidado, no podemos colocar un dogma y decir sí o sí hay que hacer esto de éste modo o sino no lo estás haciendo bien. Hay personas que solo sienten interés por la hechicería, una práctica muy respetable que hay saber hacerla muy bien para tener resultados. No todos queremos lo mismo, no todos vamos hacia el mismo lado, no todos nos gustan las mismas cosas. Un mago es aquel que su vida es la magia y la magia su vida, pero no solo a nivel intelectual, a nivel real, pragmático, no basta solo con leer o hacer un ritual de tiempo en tiempo, ni siquiera es suficiente tener resultados con una práctica, en todo caso, con un poco de conocimiento y algo de buenos resultados te puedes convertir en un Adepto, pero un mago es alguien que le entregó su vida a la magia.

            Lo importante es entender que es lo que queremos hacer con nuestras vidas mágicas, y para esto tenemos que ver previamente a hacer rituales, tomar iniciaciones y compromisos, que tiempo tenemos en nuestras vidas para dedicarle a esto, que objetivos tenemos al hacer esto, ¿Queremos seguir un camino iniciático? ¿Queremos solo aprender a manipular energía y obtener cambios en la realidad cotidiana mediante un ritual? ¿Esto es un pasatiempo? ¿Esto es un estilo de vida? Además, debemos ver con qué cosas nos sentimos más a gusto, con una tradición o sistema mágico concreto, o preferimos algo más estilo libre, las preguntas son muchas, y es algo que solo nosotros podemos responder. La magia es un quehacer cotidiano, es decir que hay que hacer algo todos los días, no es algo que podemos hacer solo cuando tenemos tiempo y no tenemos algo más interesante que hacer, pero atención, hacer todos los días no quiere decir caer en la obsesión malsana de la locura, el equilibrio es fundamental si no queremos terminar como personas que al final de camino son pobres diablos.

            Los invito a que reflexionen y se pregunten sí así lo quieren: ¿por qué hacemos magia?

Daemon Barzai

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